dc.description | <p style="text-align: justify;">En las últimas semanas hemos presenciado en México durante la fase de precampañas electorales un ambiente que algunos consideran que está sumamente cargado de negatividad tanto en el contenido de mensajes de los precandidatos y candidatos a puestos de elección popular como en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales. Desde nuestro punto de vista, sin duda es importante que la dinámica anterior de mensajes de precampaña y después de campaña electoral se despliegue de forma ordenada y observando la normativa mexicana que busca erradicar las diversas modalidades de denigración de las instituciones y de calumnia de las personas en los procesos electorales. Sin embargo, para equilibrar tanto el análisis serio como el debate público sobre la materia también hay que resaltar que desde un punto de vista lingüístico habría que precisar que tanto las precampañas como las campañas electorales son en la realidad política también un proceso inevitablemente "confrontacional". No son ni serán nunca una “cumbre de la paz” porque la historia nos demuestra que inevitablemente en el fondo primigenio psicológico son siempre un enfrentamiento entre individuos, grupos y partidos que buscan acceder al poder político.</p><p style="text-align: justify;">En este sentido, en las sociedades contemporáneas a veces se ha exagerado al intentar “sanitizar” o “desinfectar” las campañas electorales de ingredientes negativos.</p><p style="text-align: justify;">Las campañas electorales en el mundo real actual implican impulsos, ánimos, instintos y actitudes tanto positivas como negativas presentes en todo ser humano y si entendemos el contexto del tema de esta forma tendremos mejores posibilidades de comprender lo que está sucediendo en la actualidad en México con los intentos por purificar las campañas electorales erradicando algunos aspectos perniciosos.</p><p style="text-align: justify;">Para ilustrar el anterior punto, acudamos a la campaña y a la elección de Trump y el fenómeno del “fake news” o noticias falsas o inventadas. Una de las principales críticas al actual ambiente cargado de negativismo y confrontación en las pre-campañas electorales en México es que no solo dañan a la democracia institucionalmente sino que perjudican injustamente a algunos candidatos. El anterior argumento si bien es correcto en muchos casos, en otros resulta ser contraproducente y el ejemplo de Trump se ha vuelto ya paradigmático. Durante su campaña electoral hubo un sinfín de reportajes, noticias y comentarios negativos -reales la mayoría y algunos inventados- acerca de sus actividades y antecedentes y curiosa e irónicamente lejos de perjudicarlo, varios de los “obuses” negativos de la guerra sucia contra Trump acabaron por beneficiarlo con el segmento de voto duro que lo impulsó a través del Colegio Electoral a la presidencia de los Estados Unidos. Por ello, tratar de proteger la institucionalidad democrática o la reputación de X o Z candidato a ultranza, a la postre, a veces y dependiendo de las características de una elección determinada y su alta o baja competitividad puede resultar de todas formas inútil pues los efectos y fenómenos políticos ocasionados por la noticias falsas a veces son imprevisibles en cuanto a la reacción del electorado.</p><p style="text-align: justify;"> <br /> También resulta interesante a resaltar -con respecto al concepto de noticias falsas- que éste término, a últimas fechas, también ha sido utilizado como una especie de “vacuna” para inocularse preventivamente ante ataques que si bien tienen un trasfondo real al utilizarse el alegato de la noticias falsas como defensa se reduce el daño que pueden ocasionar en una precampaña o campaña. Asimismo, también resulta interesante en este sentido la utilización de la herramienta del sentido del humor a la que ha recurrido Andrés Manuel López Obrador para inocularse ante el esparcimiento de información o noticias sobre la influencia de los rusos en el proceso electoral mexicano de 2018. Así pues, es extraordinariamente complejo erradicar las noticias falsas en la era de las redes sociales masivas pero como nos demuestran los dos ejemplos anteriores es factible encontrar antídotos para contrarrestar sus efectos perniciosos.</p><p style="text-align: justify;"> </p><p style="text-align: right;">*Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM</p> | es_MX |