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dc.contributorPedroza de la Llave, Susana Thalíaes_MX
dc.date.accessioned2018-04-26T00:26:50Z
dc.date.available2018-04-26T00:26:50Z
dc.date.issued2018-04-25es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/1547
dc.description<p><br />M&eacute;xico vive uno de los procesos electorales m&aacute;s importantes de su historia, as&iacute; como el acompa&ntilde;amiento de los grandes avances inform&aacute;ticos, de las redes sociales, de los medios de comunicaci&oacute;n y del internet. Lo anterior, se convierte en parte fundamental y determinante en el actual proceso electoral 2018. No quisi&eacute;ramos pensar &iquest;qu&eacute; ser&iacute;a de M&eacute;xico ante una ca&iacute;da de las redes sociales o de la comunicaci&oacute;n electr&oacute;nica en pleno proceso electoral o, peor a&uacute;n, el d&iacute;a de las elecciones, esto es, el domingo 1 de julio?</p><p>&nbsp;</p><p><br />Tan importantes se han vuelto estos medios de comunicaci&oacute;n que ya son parte de un estilo de vida, bueno, malo o regular, pero al fin y al cabo un estilo de vida de millones de ciudadanos.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />De acuerdo con informaci&oacute;n publicada, el 20 de febrero de 2018, por el Instituto Nacional de Estad&iacute;stica y Geograf&iacute;a (INEGI), en M&eacute;xico hasta 2017, 71.3 millones de personas de seis a&ntilde;os o m&aacute;s utilizan internet, el n&uacute;mero de usuarios de tel&eacute;fonos celulares era de 72.2 millones, 8 de cada 10 disponen de celulares inteligentes o Smartphones, con lo cual tienen la posibilidad de conectarse a internet, los usuarios de computadoras alcanzaron los 50.6 millones y, finalmente, el 93.2% de los hogares del pa&iacute;s cuenta con televisi&oacute;n.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Este paseo por las cifras &uacute;nicamente tiene como prop&oacute;sito dimensionar el impacto que gener&oacute; la convocatoria a la sociedad mexicana, para presenciar el primer Debate de la candidata y los candidatos a la elecci&oacute;n presidencial de 2018. La intenci&oacute;n fue llegar a m&aacute;s de 90 millones de personas inscritas en la Lista Nominal de Electores, con credencial para poder votar.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Tenemos entonces, por un lado, un potencial de electores de m&aacute;s de 90 millones de personas, un alcance significativo en medios de comunicaci&oacute;n -de acuerdo con las cifras antes referidas- y, los recursos humanos y econ&oacute;micos necesarios para atender estas necesidades de la democracia.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Pero &iquest;cu&aacute;les fueron las expectativas del Debate antes, durante y despu&eacute;s de este?</p><p>&nbsp;</p><p><br />1. Antes del Debate. Una visi&oacute;n general nos indica que no obstante el alt&iacute;simo alcance de los medios de comunicaci&oacute;n, fue perceptible la indiferencia ciudadana a este ejercicio de la democracia. Razones hubieron muchas, algunas de las comentadas en los andares de la Ciudad de M&eacute;xico fueron: &ldquo;que no era necesario ver un debate si ya se ten&iacute;a al candidato predilecto&rdquo;; &ldquo;que el Debate era puro show&rdquo;; &ldquo;que eso ya estaba arreglado por los partidos pol&iacute;ticos, grupos de poder o determinadas personas&rdquo;; &ldquo;que solo era para justificar las &lsquo;millonadas&rsquo; del presupuesto que gasta el Instituto Nacional Electoral (INE)&rdquo;; &ldquo;que ya sab&iacute;an qui&eacute;n ganar&iacute;a&rdquo;, entre otras razones.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Por otro lado, en cuanto a la expectativa que generaron en lo particular la candidata y los candidatos, se puede decir que no hab&iacute;a muchas variantes en torno a lo que cada uno ya ha expuesto durante sus respectivas campa&ntilde;as. No obstante, la idea de un Debate genera, naturalmente, expectativas centradas -en mayor medida- en el deseo de observar el comportamiento frente a frente. Una especie de espect&aacute;culo al puro estilo del &ldquo;cierren sus puertas se&ntilde;ores&rdquo;, donde los espectadores solo esperan ver &ldquo;desplumado al giro o al colorado&rdquo; seg&uacute;n sea el caso, el &iquest;c&oacute;mo? pasa a segundo t&eacute;rmino.</p><p>&nbsp;</p><p><br />2. Durante el Debate. En t&eacute;rminos generales, se pudo advertir que su desarrollo fue simple, un formato nada espectacular, sobrio, al tiempo que podr&iacute;amos calificarlo como cl&aacute;sico, con un ingrediente muy especial como fue la participaci&oacute;n de tres personalidades de los medios de comunicaci&oacute;n que fungieron como moderadores, a quienes el formato solo les alcanz&oacute; para establecer las reglas, formular las preguntas y, en limitadas ocasiones, repreguntar a la candidata y a los candidatos.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Una visi&oacute;n general sobre lo m&aacute;s notorio fue el cantado &ldquo;amotinamiento&rdquo; contra el puntero de las encuestas, el candidato Andr&eacute;s Manuel L&oacute;pez Obrador y una ri&ntilde;a cl&aacute;sica -suave o delicada- entre los candidatos Jos&eacute; Antonio Meade Kuribre&ntilde;a y Ricardo Anaya Cort&eacute;s.</p><p>&nbsp;</p><p><br />En lo particular, una &oacute;ptica sobre el comportamiento de cada uno de los aspirantes a la Presidencia de M&eacute;xico, nos conduce a precisar lo siguiente:</p><p>&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><ul><li>Margarita Ester Zavala G&oacute;mez del Campo. Con el &iacute;mpetu en las venas, un car&aacute;cter determinante, una carga moral representativa del g&eacute;nero femenino (52% de la Lista Nominal de Electores), con un discurso enmarcado en la defensa de los derechos humanos y, especialmente, de las mujeres, pero con algunos titubeos durante sus intervenciones. Su tal&oacute;n de Aquiles, el v&iacute;nculo familiar con el expresidente Felipe Calder&oacute;n Hinojosa fue la causa mayormente utilizada, para cuestionar su proyecto rumbo a la Presidencia de la Rep&uacute;blica.&nbsp;</li><li>Jos&eacute; Antonio Meade Kuribre&ntilde;a. Concentrado en sus ideas y razonamientos, modulado, seguro y firme convencido de sus argumentos, pero con un reto may&uacute;sculo, la defensa del PRI en medio de la ola de casos de corrupci&oacute;n de pol&iacute;ticos priistas involucrados, buscando alcanzar y superar los rangos de aceptaci&oacute;n a favor del primer lugar de las encuestas. Su tal&oacute;n de Aquiles, su mediana experiencia pol&iacute;tica frente al puntero de la contienda con el candidato Andr&eacute;s Manuel L&oacute;pez Obrador, con al menos 18 a&ntilde;os de experiencia en campa&ntilde;as.</li><li>Ricardo Anaya Cort&eacute;s. Con una actitud aparentemente segura, y despreocupada, su estrategia determinante por alcanzar al primer lugar de las encuestas y que, sin dudar, durante todo el Debate dirigi&oacute; sus bater&iacute;as en contra de &eacute;ste y, en algunos momentos, en contra del candidato Jos&eacute; Antonio Meade. Su tal&oacute;n de Aquiles, ser identificado como el principal responsable del desmoronamiento de un partido pol&iacute;tico (PAN), dirigir una coalici&oacute;n muy cuestionada (El Frente), y sus aparentes soberbia e indolencia contra los se&ntilde;alamientos por el uso de recursos p&uacute;blicos, para promover su persona y por presunto lavado de dinero.</li><li>Andr&eacute;s Manuel L&oacute;pez Obrador. Imagen viva del triunfalismo, con una actitud poco confrontativa, sin tiempo para exponer argumentos e ideas, mucho menos respecto de las acusaciones (falsas o verdaderas) que le realizaron sus oponentes. Su estrategia fue ignorar los misiles que lo pretend&iacute;an derribar del primer lugar en las preferencias. Su tal&oacute;n de Aquiles, el incansable cuestionamiento sobre sus medios de subsistencia, su declaraci&oacute;n 3de3, sus relaciones y v&iacute;nculos con personas de reputaci&oacute;n cuestionable y algunas de sus propuestas como la amnist&iacute;a (o perd&oacute;n) a criminales.</li><li>Jaime Heliodoro Rodr&iacute;guez Calder&oacute;n (El Bronco). Representaci&oacute;n gr&aacute;fica de la indiferencia y la falta de seriedad hacia el ejercicio democr&aacute;tico del Debate, asumi&oacute; un comportamiento de provocaci&oacute;n, rallando en el pragmatismo est&eacute;ril, en el que a sabiendas de la impensable posibilidad de lograr superar siquiera a Margarita Zavala en las preferencias electorales, se constituy&oacute; m&aacute;s como un retador, lanzando cuestionamientos a los oponentes -especialmente al candidato Andr&eacute;s Manuel L&oacute;pez Obrador-, pero sin propuestas, salvo &ldquo;su medieval soluci&oacute;n de cortar las manos a los ladrones y corruptos&rdquo;. Su tal&oacute;n de Aquiles, la muy cuestionada forma en que pudo llegar a figurar como candidato presidencial, a trav&eacute;s no del apoyo ciudadano, sino de una sentencia dictada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci&oacute;n, aunado a su evidente intolerancia a la igualdad y al respeto a los derechos humanos.</li></ul><p>&nbsp;</p><p>3. Despu&eacute;s del Debate. Vienen las reacciones. El fen&oacute;meno del triunfalismo por unos minutos se hace presente en los grupos pol&iacute;ticos de cada candidato, el grado puede variar, pero es indiscutible que todos desde el cumplimiento de sus objetivos estrat&eacute;gicos se auto erigen como triunfadores del primer debate presidencial.</p><p>&nbsp;</p><p><br />No obstante, fue dif&iacute;cil no advertir, en general las expresiones de preocupaci&oacute;n de los representantes de todos los candidatos y la candidata. El debate hab&iacute;a dejado un claro vac&iacute;o, un convencimiento a medias, las causas fueron variadas, desde aquellas que atribuyen la responsabilidad al formato del Debate (especialmente en cuanto a que no tuvieron suficiente tiempo para exponer con precisi&oacute;n sus propuestas y soluciones), hasta aquellas que se&ntilde;alan, que los oponentes no dieron argumentos o respuestas a los se&ntilde;alamientos o cuestionamientos de los moderadores.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Es conveniente realizar una autocr&iacute;tica democr&aacute;tica y ciudadana. Para la organizaci&oacute;n de este primer Debate se reconoce, por supuesto, al INE; sin embargo no se puede calificar todo como positivo, se trata de un ejercicio plausible en cualquier democracia, pero todo es perfectible y el problema ahora tiene que ver con el formato. Tarea que seguramente valorar&aacute; el INE.</p><p>&nbsp;</p><p><br />A ese respecto, recordemos que la intenci&oacute;n de un Debate pol&iacute;tico tiene como prop&oacute;sito o finalidad fundamental proporcionar al electorado mayores elementos, para decidir su voto de manera informada. Desde esta perspectiva, el denominado &ldquo;Debate&rdquo; no puede calificarse como tal, si de lo que se trat&oacute; -en un 80% de los tiempos utilizados- fue de insistir en las mutuas acusaciones, descalificaciones e, incluso, mentiras que d&iacute;a a d&iacute;a las y los ciudadanos vemos y escuchamos a trav&eacute;s de los spots o de las innumerables entrevistas por todos los medios de comunicaci&oacute;n o por las redes sociales.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Es necesario que el nivel y la calidad de la discusi&oacute;n en estos debates se eleven, ya que las y los ciudadanos tenemos derecho a una informaci&oacute;n completa y veraz, no limitada a un tema o circunscrita a rencillas partidistas, de grupos pol&iacute;ticos o personas en particular. Se trata de la elecci&oacute;n del titular de la Presidencia de la Rep&uacute;blica, &iexcl;ni m&aacute;s ni menos!, el o la que llevar&aacute; las riendas de la Administraci&oacute;n P&uacute;blica y la representaci&oacute;n internacional del pa&iacute;s.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />En este sentido, la exigencia de la ciudadan&iacute;a debe ser la de promover un Debate serio, claro, preciso y veraz, mediante el cual la sociedad s&iacute; conozca los oscuros o grises pasados de todos los contendientes, pero tambi&eacute;n cu&aacute;les son sus propuestas y soluciones a los graves problemas de M&eacute;xico, sus planes o agendas para administrar los recursos p&uacute;blicos, sus objetivos, estrategias, compromisos y, muy especialmente, las garant&iacute;as de cumplimiento de dichas promesas.</p><p>&nbsp;</p><p><br />El escenario de la democracia mexicana representada en un Debate es reflejo inequ&iacute;voco del nivel de pol&iacute;tica que tiene M&eacute;xico, son cinco las personas que pretenden dirigir a la Naci&oacute;n, te&oacute;ricamente ser&iacute;an o tendr&iacute;an que ser los m&aacute;s aptos y capacitados entre 120 millones de ciudadanos de este pa&iacute;s.</p><p style="text-align: right;"><br />*Investigadora titular &ldquo;B&rdquo; del Instituto de Investigaciones Jur&iacute;dicas de la UNAM; coordinadora general de la Divisi&oacute;n de Estudios de Posgrado y del CIJUREP de la Universidad Aut&oacute;noma de Tlaxcala, e investigadora nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectPrimer debatees_MX
dc.subjectDebateses_MX
dc.titleUna mirada retrospectiva del primer debate presidencial 2018es_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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