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dc.contributorPedroza de la Llave, Susana Thalíaes_MX
dc.date.accessioned2018-03-23T13:55:08Z
dc.date.available2018-03-23T13:55:08Z
dc.date.issued2018-03-23es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/1380
dc.description<p>Continuamente escuchamos a los pol&iacute;ticos y servidores p&uacute;blicos de alto nivel hablar sobre lo importante que resulta la defensa de la democracia. Entendamos a &eacute;sta, en su sentido m&aacute;s amplio como la define el Diccionario de la Lengua Espa&ntilde;ola de la Real Academia Espa&ntilde;ola, una forma de gobierno en la que el poder pol&iacute;tico es ejercido por los ciudadanos; pa&iacute;s cuya forma de gobierno es una democracia, etc&eacute;tera.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />En M&eacute;xico, el art&iacute;culo 40 de la Constituci&oacute;n se refiere a la democracia como una forma de gobierno, indicando: Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una Rep&uacute;blica representativa, democr&aacute;tica, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su r&eacute;gimen interior, y por la Ciudad de M&eacute;xico, unidos en una federaci&oacute;n establecida seg&uacute;n los principios de esta ley fundamental.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Estos dos elementos del poder ejercido por el pueblo, m&aacute;s la prevenci&oacute;n formalmente establecida en la Constituci&oacute;n, dan paso a lo que se conoce como un Estado Constitucional, Democr&aacute;tico y de Derecho.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Ahora bien, actualmente somos testigos de una vertiginosa carrera, de pol&iacute;ticos y no pol&iacute;ticos, que van en b&uacute;squeda de la titularidad de la presidencia de la Rep&uacute;blica y de m&aacute;s de 3 mil cargos de elecci&oacute;n popular que se disputar&aacute;n el pr&oacute;ximo 1 de julio, sin embargo, hay algo que llama nuestra atenci&oacute;n.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />Y es que, por un lado, recordando a mi querido colega y amigo el Dr. Jorge Carpizo &ndash;quien fuera Rector de la UNAM, fundador de la Comisi&oacute;n Nacional de los Derechos Humanos, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Naci&oacute;n, Secretario de Gobernaci&oacute;n, entre otros-, desde hace m&aacute;s de 30 a&ntilde;os establec&iacute;a que una Constituci&oacute;n democr&aacute;tica es aqu&eacute;lla que realmente asegura a la persona sus derechos humanos, le garantiza una digna seguridad econ&oacute;mica y no concentra el poder en una persona o en un grupo. Desde entonces, Carpizo consideraba a la Constituci&oacute;n mexicana cuasidemocr&aacute;tica, en tanto percib&iacute;a que la justicia no operaba claramente.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Han pasado d&eacute;cadas y d&eacute;cadas, y su pensamiento tiene plena vigencia, una democracia en la que no se respetan los derechos humanos no puede entenderse como democracia, son su columna vertebral, la m&eacute;dula de un Estado de Derecho, es tanto como pretender asumir un orden jur&iacute;dico sin derechos humanos, lo cual ser&iacute;a una aberraci&oacute;n jur&iacute;dica s&oacute;lo pensarla.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Entonces, de ah&iacute; la importancia fundamental que tienen los derechos humanos en el contexto de la democracia, en el discurso de las y los contendientes pol&iacute;ticos de las elecciones m&aacute;s grandes y competidas en la historia de M&eacute;xico. Reivindicar los derechos humanos tan vulnerados, tan violentados, tan literalmente acribillados desde todos los espacios de la funci&oacute;n p&uacute;blica, y no exclusivamente del Poder Ejecutivo, sino tambi&eacute;n del Poder Legislativo y del Poder Judicial.</p><p>&nbsp;</p><p><br />Parece deseable que las y los contendientes pol&iacute;ticos de las elecciones 2018, presentaran -desde ya- a la ciudadan&iacute;a una amplia agenda en materia de protecci&oacute;n y defensa de los derechos humanos, que convocara a una verdadera y determinante cruzada nacional contra la impunidad, la desigualdad, la corrupci&oacute;n y la violencia; que se incluyera, entre otras, medidas como la despolitizaci&oacute;n de la procuraci&oacute;n y de la administraci&oacute;n de justicia; acciones tendentes a eliminar la discrecionalidad en los procesos de designaciones, nombramientos o ratificaciones que actualmente s&oacute;lo han privilegiado el llamado &ldquo;clientelismo pol&iacute;tico&rdquo; antes que los m&eacute;ritos, las capacidades y la honorabilidad de las personas.</p><p>&nbsp;</p><p><br />El discurso de los derechos humanos no puede continuar como reh&eacute;n de intereses pol&iacute;ticos particulares o de grupos. Estos derechos se sustentan en los principios de respeto a la dignidad y de la libertad de las personas, poseen un objetivo concreto, el bien com&uacute;n, y el Estado es el obligado a garantizar su efectivo cumplimiento.</p><p>&nbsp;</p><p><br />No obstante, tambi&eacute;n es necesario tener claro que nuestra Constituci&oacute;n establece un tipo de responsabilidad impl&iacute;cita a cargo de la ciudadan&iacute;a, pues cuando en su art&iacute;culo 39 precisa que la soberan&iacute;a nacional reside esencial y originariamente en el pueblo, que todo poder p&uacute;blico dimana del pueblo y se instituye para beneficio de &eacute;ste, y que el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, impone la obligaci&oacute;n o deber correlativo de ejercer el derecho reconocido cuando lo considere necesario.&nbsp;</p><p>&nbsp;</p><p><br />As&iacute;, en el terreno de la democracia, a trav&eacute;s de las elecciones los gobernados deberemos elegir; por ejemplo, entre otros, a 128 senadores de la Rep&uacute;blica mismos que tendr&aacute;n bajo su responsabilidad la designaci&oacute;n o ratificaci&oacute;n de servidores p&uacute;blicos de alto nivel como ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Naci&oacute;n, titulares de organismos constitucionales aut&oacute;nomos como la o el Presidente de la Comisi&oacute;n Nacional de los Derechos Humanos, Comisionadas o Comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Informaci&oacute;n y Protecci&oacute;n de Datos Personales, entre muchos m&aacute;s, quienes tendr&aacute;n, a su vez, la elevad&iacute;sima encomienda de salvaguardar los derechos humanos desde sus respectivos &aacute;mbitos de competencia.</p><p>&nbsp;</p><p><br />En suma, no hay democracia sin derechos humanos. Por ello, es tan importante la participaci&oacute;n de la ciudadan&iacute;a en las elecciones, libres y en paz, votar y cumplir esta responsabilidad c&iacute;vica de manera informada y consciente, es tener claro que no s&oacute;lo se deposita un voto de confianza a la o el candidato o partido pol&iacute;tico de nuestra preferencia, sino que de manera indirecta &ndash;con ese mismo voto- se avalaran muchas de las designaciones de las personas titulares antes referidas, as&iacute; como los instrumentos y mecanismos institucionales de protecci&oacute;n y de defensa de los derechos humanos que se adopten en los a&ntilde;os venideros.</p><p style="text-align: right;">*Investigadora titular &ldquo;B&rdquo; del Instituto de Investigaciones Jur&iacute;dicas de la UNAM; Coordinadora General de la Divisi&oacute;n de Estudios de Posgrado y del CIJUREP de la Universidad Aut&oacute;noma de Tlaxcala, e Investigadora Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectDemocraciaes_MX
dc.title¿Democracia sin derechos humanos?es_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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