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dc.contributorGonzález, Carloses_MX
dc.date.accessioned2018-03-12T20:58:14Z
dc.date.available2018-03-12T20:58:14Z
dc.date.issued2018-03-12es_MX
dc.identifier.urihttp://ru.juridicas.unam.mx:80/xmlui/handle/123456789/1343
dc.description<p>Mientras estas l&iacute;neas se escribieron y ahora t&uacute; las lees, hay m&aacute;s de 45 mil personas recorriendo literalmente todo el pa&iacute;s, con sus casi 2 millones y medio de kil&oacute;metros cuadrados, y con una crucial encomienda: garantizar que nuestro sistema electoral se active y evitar que nuestra democracia se vac&iacute;e y quiebre. Ese formidable contingente ciudadano, est&aacute; buscando en sus casas a m&aacute;s de 10 millones de personas para lograr convencer a un 1 mill&oacute;n y medio de ellas para que se hagan cargo de instalar y hacer funcionar las 150 mil casillas donde habremos de ser convocados m&aacute;s de 80 millones a ejercer nuestro voto que all&iacute; se contar&aacute; para elegir a m&aacute;s de 18 mil autoridades en 30 elecciones locales y tres federales por primera vez en nuestro M&eacute;xico. Tremendos n&uacute;meros que, m&aacute;s que cantidad, son calidad: decenas de miles que se convierten en decenas de millones. M&aacute;s gente para mayor democracia. La potencia m&aacute;s formidable, el nervio m&aacute;s sensible, el m&uacute;sculo m&aacute;s fuerte de nuestra y cualquier democracia: la ciudadan&iacute;a.</p><p>&nbsp;<br />All&iacute; est&aacute; la parte m&aacute;s importante de toda elecci&oacute;n. Todo gira en torno de ella: la organizaci&oacute;n electoral; la integraci&oacute;n de los consejos electorales, instancias colegiadas de direcci&oacute;n del entramado institucional y el servicio civil de carrera electoral; la conformaci&oacute;n y propuestas de los partidos pol&iacute;ticos, sus candidaturas y campa&ntilde;as; los debates; la cobertura de los medios de comunicaci&oacute;n; la actividad de las redes sociales; los sondeos de las encuestas; la preparaci&oacute;n de resultados electorales preliminares, los conteos r&aacute;pidos, los c&oacute;mputos y, desde luego; el voto y la elecci&oacute;n de autoridades de la Rep&uacute;blica. Todo gira en torno a quienes tienen el poder electoral m&aacute;s importante: el voto personal, el sufragio impersonal y la elecci&oacute;n popular. Y conforme m&aacute;s liberal, democr&aacute;tica y competitiva sea una elecci&oacute;n, mayor es el poder centr&iacute;peto de esa ciudadan&iacute;a.</p><p>&nbsp;<br />Sin dem&oacute;cratas y sin ciudadan&iacute;a no hay democracia ni elecciones &iacute;ntegras, ya lo sabemos. Lo que no debemos ahora ignorar es la urgencia de romper el paradigma sobre el que hemos construido el ejercicio de nuestra democracia electoral. Dadas las condiciones hist&oacute;ricas de nuestro proceso de transici&oacute;n democr&aacute;tica, nos quedamos con la idea de que las elecciones las organizan y sancionan las autoridades, as&iacute; como que los protagonistas son los partidos y sus candidaturas. Falso.&nbsp;</p><p>&nbsp;<br />Eso ya es ahora falso. O parcialmente falso. Obviamente las elecciones siguen siendo una funci&oacute;n del Estado Mexicano que se lleva a cabo por &oacute;rganos constitucionales aut&oacute;nomos, o sea: autoridades. Ellas son las que deciden, como debe ser. Pero las que instalan las casillas, reciben, cuentan los votos y luego en su estimaci&oacute;n p&uacute;blica valoran y sancionan la validez de las elecciones y la legitimidad de las autoridades, son las personas ciudadanas.</p><p>&nbsp;<br />Pensar que la participaci&oacute;n ciudadana es solamente temporal y se incluye en apoyo de los &oacute;rganos permanentes de las autoridades electorales, es ya poner la carreta delante de los bueyes y da&ntilde;ar la naturaleza participativa de cualquier sistema electoral contempor&aacute;neo que se pretenda democr&aacute;tico, incluyendo muy destacadamente el nuestro.</p><p>&nbsp;<br />La participaci&oacute;n es el nervio, la sustancia (y debe ser permanente, m&aacute;s all&aacute; del voto y las votaciones). Por eso, esta democracia no se colapsa a pesar de estar en los &uacute;ltimos lugares latinoamericanos de la aprobaci&oacute;n de sus procedimientos e instituciones pol&iacute;ticas, as&iacute; como de tener una baja calidad y estar situada en medio de los peores registros de percepci&oacute;n y pr&aacute;ctica de la corrupci&oacute;n. No en balde, cada 3 a&ntilde;os decenas de miles de personas, como ahora, van en b&uacute;squeda de millones para convencerles de que no se vayan, de que a&uacute;n y que todo lo que ven y viven parece ir en sentido contrario, vale la pena quedarse en este planeta democr&aacute;tico de elecciones y apropiarse de &eacute;l para poblarlo de sue&ntilde;os que nadie les va a cumplir si no los conquistan. Por eso, debemos expresar, como ahora se hace aqu&iacute;, nuestros respetos, admiraci&oacute;n y gratitud a las y los capacitadores y supervisores electorales que en este momento recorren al pa&iacute;s en b&uacute;squeda de su democracia.&nbsp;</p><p style="text-align: right;">*CGMXRedes</p>es_MX
dc.formatimage/jpeges_MX
dc.language.isoeses_MX
dc.publisherUniversidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicases_MX
dc.subjectCapacitación electorales_MX
dc.titleCapacitación, elecciones y participación ciudadanaes_MX
dc.typeWorking Paperes_MX


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